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A finales de 2015 se calcula que cada minuto se suben 500 horas de vídeo a YouTube . Snapchat y Facebook revelaron que, combinados, suman 14.000 millones de visualizaciones de vídeo al día. Y por si estas cifras no parecieran suficientemente locas, se dice que en 2019 el 80% de todo el tráfico de Internet será vídeo. El vídeo online está creciendo como la espuma en todo el mundo, y con este crecimiento surgen nuevos retos para las marcas y los profesionales del marketing a la hora de incorporar el vídeo online a sus planes de marketing. Uno de estos retos es la localización del vídeo.
Los contenidos dirigidos a un público local tienen seis veces más aceptación que los diseñados para un mercado global. Por esta razón, no es raro que un vídeo se traduzca a otros idiomas y se localice para diferentes culturas.
La localización de vídeo se lleva haciendo casi desde los comienzos del cine y la televisión. Y es cada vez más habitual a medida que el cine y el vídeo se extienden por todo el mundo.
Las películas de Hollywood se extienden por todas partes, desde Sudamérica hasta China. Mientras que los dibujos animados y las películas de Asia oriental se han popularizado en Estados Unidos.
Sin embargo, grabar un vídeo y utilizarlo en otro país requiere un proceso de localización. Esto implica utilizar subtítulos, doblar el vídeo a la lengua materna y utilizar una banda sonora culturalmente apropiada para que la película resulte atractiva para el nuevo público.
Cuando la localización se hace correctamente, un vídeo puede ser tan atractivo y entretenido en una nueva cultura como lo fue en la original.
El inglés requiere menos palabras para comunicar un mensaje que la mayoría de los demás idiomas. Esto puede tener un impacto significativo en el subtitulado.
Al traducir del inglés a otro idioma, hay que tener en cuenta que los elementos hablados y escritos serán más largos que en el inglés original.
El subtitulado exige tener en cuenta el espacio para comunicar con eficacia.
Los subtítulos pueden aumentar las posibilidades de que el público recuerde su mensaje. La combinación de una pista de audio con un diálogo subtitulado también puede aumentar las posibilidades de que el público recuerde el mensaje.
Esto es especialmente importante si quiere que su público recuerde palabras y frases clave, lo que suele ocurrir cuando se intenta vender una marca o un producto.
El público suele disfrutar de los vídeos doblados a su lengua materna, sobre todo cuando el vídeo es largo. Sin embargo, varios estudios han demostrado que subtitular un vídeo puede aumentar el tiempo que los espectadores pasan viéndolo.
Los ensayos han demostrado que añadir subtítulos aumenta el tiempo de visionado de un vídeo en más de un 40%, con más de un 80% de personas que lo ven hasta el final. Son cifras importantes.
La forma más básica de doblaje es el doblaje no sincronizado. En este proceso, el idioma original se elimina del vídeo y se sustituye por el idioma al que se está traduciendo.
Aunque puede haber algún intento de sincronizar el movimiento de los labios y la boca, esta forma de doblaje suele ser defectuosa.
Esto contrasta con el doblaje sincronizado. El doblaje sincronizado intenta sincronizar la elección de palabras y la propia voz en off con el movimiento de los labios del actor original.
La voz en off tiene una ventaja cuando se quiere que el público se centre más en las imágenes de la pantalla que en las palabras. El subtitulado junto con el doblaje puede aumentar el recuerdo de ciertas frases. Pero hay veces en que las imágenes en pantalla son más importantes. En ese caso, la locución sin subtítulos puede resultar ventajosa.
El tipo de doblaje que elija puede depender de su inversión económica. El doblaje puede ser hasta 15 veces más costoso que la subtitulación, sobre todo cuando se intenta un doblaje muy sincronizado. Sin embargo, las películas habladas en una lengua materna pueden resultar muy atractivas para un público potencial.
La localización de vídeos se limita al audio hablado. Si hay música en el vídeo, lo más probable es que también quieras sustituirla. La música suele estar muy centrada en la cultura y tiene menos impacto cuando se introduce en culturas extranjeras. Además de cambiar el audio de la voz en off, querrás utilizar música que sea culturalmente aplicable y evoque el tipo de estado de ánimo que deseas.
Elegir buena música no significa limitarse a escoger música común a la cultura de destino. Sino una que evoque las emociones que quiere que sienta su público.
Siguiendo estos consejos básicos, podrás crear un vídeo localizado con un alto grado de profesionalidad.
Si lo planifica con antelación, se ahorrará el tiempo innecesario de tener que traducir repetidamente una pieza para adaptar la locución y los subtítulos a los locutores de la pantalla.
La creación continua garantiza que las marcas puedan producir y localizar vídeos de forma continua y eficiente, manteniendo la relevancia en múltiples mercados. Con este modelo, las empresas pueden aprovechar a los creadores locales para adaptar el contenido a los matices culturales y las diferencias lingüísticas, garantizando que los vídeos resuenen entre las audiencias regionales. También simplifica el proceso de mantener la coherencia de la marca en todos los mercados mediante el uso de flujos de trabajo estandarizados. La creación continua reduce el tiempo y los costes de producción, lo que permite a las marcas seguir el ritmo de la demanda y mantener la coherencia con las estrategias de marketing globales.